El Barcelona goleó brillantemente al Santos brasileño (4-0) para proclamarse campeón del Mundial de Clubes por segunda vez en su historia, este domingo en Yokohama, donde el Al Sadd catarí, entrenado por el uruguayo Jorge Fossati, consiguió acabar tercero.
La final quedó pronto encarrilada y ya en la primera parte el equipo se había adelantado con los goles de Messi (17), Xavi Hernández (24) y Cesc Fabregas (45), mientras que en la segunda el astro albiceleste sumó el cuarto y definitivo en el 82.
El Barcelona reconquista un título que ya había ganado en 2009, en aquel caso superando al Estudiantes argentino (2-1) en Abu Dabi, y terminará el año con un 'poker' de títulos (Liga española, Liga de Campeones europea, Supercopas nacional y continental, Mundial), sólo dejando escapar la Copa del Rey.
Este partido tenía además un valor especial como pulso entre Europa y Sudamérica, que iban igualados a 25 títulos teniendo en cuenta los resultados de la Copa Intercontinental y del Mundial de Clubes, con lo que el 'Viejo Continente' se puso ahora por delante (26-25).
Los representantes europeos han ganado las cinco últimas ediciones del Mundial (Milan en 2007, Manchester United en 2008, Barcelona en 2009, Inter de Milán en 2010, Barcelona de nuevo en 2011) y Sudamérica y Brasil siguen anclados en tres títulos, los de Corinthians en 2000, Sao Paulo en 2005 e Inter en 2006.
"Ha sido un gran partido global de todo. Messi es un jugador distinto y especial, es importante que trabajemos para que se sienta cómodo y así pueda hacer partidos como el de hoy", destacó el entrenador Josep Guardiola.
Por su parte, el Santos quedó sin poder emular al mítico equipo que a principios de los sesenta, con Pelé en el plantel, hizo al 'Peixe' la referencia mundial, con las Intercontinentales de 1962 y 1963.
"El Barcelona es el club número uno del mundo, como se ha comprobado hoy. Era sumamente difícil, pero es que casi nadie en el mundo entero puede ganar ahora al Barcelona", se resignó el entrenador del Santos, Muricy Ramalho.
Antes se había disputado el partido por el tercer puesto, en el que el Al Sadd del uruguayo Jorge Fossati había conseguido el bronce simbólico del torneo al imponerse 5-3 en los penales al Kashiwa Reysol japonés, el equipo anfitrión, tras empatar 0-0 en el tiempo reglamentario.
Los cataríes anotaron todos sus lanzamientos, el último y decisivo por medio del argelino Nadir Belhadj, mientras que los locales erraron en el tercero, con su atacante Ryohei Hayashi, cuyo intento fue adivinado por el portero Mohamed Saqr, héroe de su equipo durante todo el partido.
"Es una victoria histórica, ningún equipo de Catar había llegado al tercer lugar. Somos el tercer mejor club del mundo. Estamos al nivel, justo después del Santos y el Barcelona. Estamos muy contentos con llevarnos este recuerdo de Japón de vuelta a Catar", dijo Fossati tras la victoria.
Con este resultado, el Al Sadd consiguió, en su primera participación, igualar la mejor actuación de un equipo de Asia en este torneo, uniéndose al Urawa Red Diamonds y el Gamba Osaka, que también lograron finalizar terceros en las ediciones de 2007 y 2008, respectivamente.
El campeón asiático había comenzado en el torneo el pasado domingo, superando 2-1 en los cuartos de final al Esperance Sportive de Túnez, con lo que se ganó el premio envenenado de jugar en semifinales frente al Barcelona, representante europeo, ante el que se estrelló (4-0).
El Mundial de Clubes de 2011 se cerró este domingo y la próxima edición, en diciembre del próximo año, repetirá sede en Japón, aunque aún están por decidir las ciudades donde se competirá.
